Biología, epidemiología
- Conservación, fuente de inóculo
Monosporascus cannonballus puede sobrevivir durante varios años en el suelo, por ejemplo, puede sobrevivir durante más de 3 años en ausencia de un cultivo huésped. Se conserva gracias a su micelio que ha sabido mantenerse en los restos vegetales o en el suelo, pero especialmente a través de sus ascosporas que tienen varias paredes que les confieren una resistencia bastante significativa. Las ascosporas son en muchas situaciones el inóculo principal.
Tenga en cuenta que se han observado peritecios en las raíces de otras plantas; podrían asegurar la multiplicación y conservación de este hongo.
- Penetración, invasión
El micelio presente en el suelo o en el tubo germinativo resultante de la germinación de las ascosporas (favorecidas por los exudados radiculares y ciertos microorganismos de la microflora del suelo) penetra directamente en la epidermis. Posteriormente, el micelio crece dentro de las células, invade la corteza radicular y gradualmente la de las raíces. Finalmente, gana localmente tejidos vasculares (el xilema), induciendo el fenómeno de tilosis en la planta parasitada.
- Esporulación y diseminación
M. cannonballus forma peritecios esféricos y negros (que miden entre 40 y 50 µm de diámetro) en los tejidos de las raíces (Figuras 1 a 4 y 7), al final de la temporada después de la cosecha o muerte de la planta. En la madurez, estas estructuras contienen numerosas ascas, cada una de las cuales contiene una ascospora esférica (Figuras 4 a 6, 8 y 9). Se podrían producir y liberar varios cientos de miles de ascosporas a partir de un sistema de raíces de una planta de melón enferma. Estas ascosporas se distribuyen vertical y horizontalmente en suelos cultivados de manera uniforme. Su número es aún mayor en el estrato superficial del suelo.
El potencial de diseminación de esta enfermedad parece bastante limitado porque M. cannoballus no tiene una forma asexual y sus ascosporas son de un tamaño bastante grande, lo que no favorece la dispersión aérea. A pesar de esto, este hongo se puede propagar por el polvo y las partículas de suelo contaminadas y los implementos de labranza sucios. Las plantas producidas en áreas o parcelas contaminadas deben poder transmitir la enfermedad. Los trabajadores agrícolas y la maquinaria agrícola transmiten la enfermedad de una parcela a otra durante sus viajes.
Solo se produciría un ciclo de esta enfermedad por año.
- Condiciones favorables para su desarrollo
Este hongo aprecia las altas temperaturas y los climas preferentemente cálidos o semiáridos. Sus infecciones se favorecen en suelos cálidos. La temperatura del suelo en los días posteriores a la siembra parece tener una influencia importante en la incidencia de la enfermedad.
En condiciones de cultivo in vitro , su crecimiento micelial sería óptimo entre 25 y 35 ° C.
La gravedad de esta enfermedad también estaría influenciada por ciertos estreses bióticos o abióticos, en particular el estrés hídrico. El cultivo repetido de melón en la misma parcela, la fecha de siembra y por tanto el período de producción, el uso de acolchado plástico y riego por goteo, así como la carga frutal de las plantas también influirían en la severidad de esta micosis telúrica.