Ecología, epidemiología

- Conservación, fuentes de virus

El Alfalfa mosaic virus, (AMV) es muy polífago. Es capaz de infectar artificialmente a un gran número de huéspedes, más de 400 especies de plantas pertenecientes a 50 familias botánicas. Aproximadamente 150 plantas herbáceas o leñosas pueden albergarlo en la naturaleza. Por lo tanto, se conserva fácilmente de una temporada a otra por medio de algunas malas hierbas, pero también de varias plantas cultivadas. Aparte de la alfalfa, que parece constituir el reservorio más importante de virus, algunos de ellos pueden servir como fuente de inóculo durante el invierno o el verano (tomate, pimiento, patata, apio, frijoles, guisantes, trébol ...) .


- Transmisión, difusión

De las plantas infectadas, el AMV se transmite a otras plantas a través de los pulgones, de forma no persistente. Estos adquieren muy rápidamente partículas virales adsorbidas al nivel de sus estiletes y tegumentos de sus piezas bucales, durante breves picaduras de "prueba". Pueden transmitirlos de inmediato, pero por un período corto que no exceda de unos minutos a unas pocas horas. Más de diez especies de pulgones son capaces de transmitir AMV a las plantas (en particular Myzus persicae y Aphis craccivora en la lechuga).

La transmisión de semillas ocurre en algunas especies de plantas, especialmente alfalfa y pimientos, pero no lechuga.

La diseminación de AMV se lleva a cabo principalmente por pulgones; por tanto, depende de la naturaleza de las epizootias de estos insectos. Varios factores abióticos juegan un papel esencial en la biología y la eficiencia de los vuelos de los pulgones:
- el viento condiciona su distribución;
- la temperatura actúa sobre el crecimiento de las ensaladas, la multiplicación del virus y los pulgones, respectivamente, en y sobre las plantas;
- el entorno cultural; la proximidad de otros cultivos contaminados susceptibles (y en particular alfalfa) y numerosas malezas infectadas por virus favorece la contaminación;
- finalmente, a estos factores, se suman situaciones y prácticas culturales regionales como la ordenación de las parcelas, su orientación respecto al viento, su posible protección mediante setos, la conservación de plantas reservorios de virus, etc.