Daños y molestias


picaduras de Las Calepitrimerus vitis son responsables de los síntomas en los distintos órganos de la vid.
 
  • Brotes y hojas
Algunos brotes no brotan, otros crecen débilmente; están atrofiados y terminan cayendo.
Las hojas son más pequeñas y muestran pequeñas lesiones formadoras de mosaicos visibles al observar el limbo de la hoja a través de la transparencia (Figuras 1 a 3). Si el ataque es severo, muchas de estas lesiones terminan necrosis, lo que eventualmente hace que las hojas se sequen. Este último también se puede rizar, plisar o incluso gofrar. A nivel de las nervaduras del envés de la hoja, podemos observar costras negras debido a la suberificación de los tejidos en respuesta a los pinchazos.
En verano, la superficie superior de las hojas atacadas que están expuestas al sol adquiere un tinte de marrón a bronceado. A medida que se acerca el envero, los brotes adquieren un tono blanquecino debido a los numerosos pinchazos.
 
  • Ramitas y ramas
Se vuelven más débiles y los nudos intermedios son más cortos, lo que le da a las enredaderas una apariencia tupida.
 
  • Racimos
Se desarrollan con dificultad porque están mal alimentados. Tienden a ponerse marrones y estallar. Si el ataque es grande, puede ocurrir un aborto de las inflorescencias, resultando en una reducción significativa de la cosecha.
La severidad del daño depende de la densidad de la población de ácaros y del estado de desarrollo de la vid en el momento de los ataques. El daño más importante se debe a las hembras que hibernan, activas durante la brotación, que interrumpen más o menos el desarrollo de las yemas.
Última modificación:06/11/21
Calepitrimerus_2
Figura 1
Calepitrimerus
Figura 2
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Figura 3