Principales síntomas
En el campo, donde los ataques son más destructivos, la lechuga parece atrofiada y, a veces, severamente necrótica. Las hojas son más estrechas, ligeramente rizadas o retorcidas (Figura 1). Las hojas jóvenes presentan ocasionalmente cambios necróticos, más o menos limitados y ubicados cerca o no de las nervaduras (figura 2). También podemos observar anillos. Las manchas cloróticas son visibles en ciertas etapas de las hojas (figura 3). A veces aparece una fina necrosis que da a la hoja un aspecto ligeramente "bronceado". La gravedad de los síntomas es tanto mayor cuanto más temprana es la etapa de la infección. También podemos ver un aclaramiento de nervios, un mosaico más o menos marcado (figura 4), manchas necróticas ...
Bajo refugio, encontramos síntomas bastante similares. Las hojas jóvenes parecen bronceadas al principio, sus venas se adelgazan y, finalmente, un veteado bastante marcado se asienta en la hoja. Una multitud de pequeños cambios necróticos a veces cubren este último.