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Asfixia de raíces

Los estreses hídricos (de diferentes frecuencias y tipos) que afectan tanto al suelo como a los cultivos del suelo se agrupan bajo el nombre de “asfixia de las raíces” ( ahogamiento , marchitez por agua ). Tenga en cuenta que pueden ocurrir muy ocasionalmente, por ejemplo, después de fuertes lluvias o roturas de tuberías de riego, durante la deficiencia de válvulas solenoides. En este caso, el agua que más o menos sumerge un cultivo, se acumula en las áreas que forman una cuenca, saturando un sustrato, ejerce un estrés transitorio en las plantas. Estos últimos suelen ver que sus hojas en el ápice se adelgazan, se marchitan y se curvan más o menos. Si estas condiciones asfixiantes persisten, la lámina de la hoja eventualmente se vuelve amarilla y necrosis.

El estrés hídrico puede repetirse involuntariamente a lo largo del tiempo con cada riego. Este es el caso, por ejemplo, cuando un productor no controla completamente el riego de las plantas y tiende a agregar demasiada agua a cada riego. El riego del tomate es una intervención agrocultural que no es baladí y puede conducir a situaciones críticas cuando está mal controlado. Esta sucesión de asfixia radicular también conduce a la aparición de síntomas comparables a los descritos anteriormente. En este caso, pueden estar precedidos por un crecimiento vegetal más limitado y, en cambio, el marchitamiento afectará a las hojas inferiores. También se encontrará una situación comparable, pero más localmente, en ciertas parcelas que contienen áreas de suelo más pesado o en cuencas.

Cualquiera que sea la naturaleza y la frecuencia del estrés hídrico, los efectos en las plantas son bastante comparables. El tomate, como muchas otras plantas cultivadas, no se adapta bien a que su sistema radicular esté completamente sumergido durante un largo período de tiempo. Tal situación conduce a una falta de oxígeno: sigue a una destrucción más o menos importante de las raíces, lo que explica en gran medida el marchitamiento. Este fenómeno telúrico en ocasiones podría verse amplificado por la proliferación de microorganismos anaeróbicos que contribuirían a la desnaturalización de las raíces.

En general, los daños importantes se observan especialmente en parcelas con mal drenaje, suelos pesados ​​y períodos de calor que promueven microorganismos anaeróbicos, aceleran la transpiración de las plantas y, por lo tanto, el marchitamiento.

En las parcelas donde la asfixia ocurre con bastante regularidad, se debe drenar el suelo. También debemos tener cuidado con ciertos sustratos bastante asfixiantes. En todos los casos será necesario rectificar la frecuencia y las cantidades de agua añadidas a cada riego. Recuerda que el tomate tiene importantes capacidades de regeneración radicular que te deberían permitir, ya sea bloqueando las plantas, bien regulando el riego, restaurar determinadas situaciones asfixiantes.

Última modificación:05/05/21
racine_tomate_DB_132_429
Figura 1
asphyxie_tomate_DB_785
Figura 2
Tomate_asphyxie1
Figura 3
Tomate_asphyxie2
Figura 4